Acabo de terminar la esperada y aclamada producción dirigida por Jon S. Baird, protagonizada por Taron Egerton como Henk Rogers, un empresario de videojuegos que adquirió los derechos de Tetris y lo llevó a ser un fenómeno mundial; se estrenó este viernes 31 de marzo en Apple TV+, un thriller de la era de la Guerra Fría con esteroides.
La trama de la película se centra en la batalla legal y de negocios para asegurar los derechos del juego, así como en la vida de los involucrados en su creación y distribución. Les recomiendo que se den esta dosis de historia de cultura popular.
Y si tienen todo que ver con el famoso juego Tetris. El de cuatro bloques conectados, con sietes piezas de forma geométrica (con forma de I, O, J, L, S, Z y T).
Tetris, un juego de rompecabezas de combinación de piezas, fue desarrollado dentro de la Unión Soviética, bajo el régimen comunista. El programador sovietico Alexey Pajitnov, inspirado por un juego de rompecabezas tradicional llamado pentominós, diseñó Tetris como un programa informático en un Elektronika 60. El nombre “Tetris” se deriva del prefijo griego “tetra” (que significa “cuatro”) y la palabra “tenis”, reflejando la estructura de cuatro bloques del juego y el amor de Pajitnov por el deporte.
En la historia popular de los videojuegos, Tetris se ha convertido en un símbolo de la intersección entre el comunismo y la cultura popular.
El desarrollo de Tetris en la Unión Soviética es vital para comprender la relación del juego con el comunismo. La creación del juego dentro de una sociedad comunista, prácticamente cerrada, donde los derechos de la patente no le pertenecen a su creador, permitió un entorno único formado por el boca a boca, fomentando la creatividad y la ingeniosidad. Tetris, como producto de este entorno, se convirtió en un símbolo del poderío tecnológico soviético, sin ataduras al sistema, y demostró el potencial de innovación dentro de las limitaciones de un sistema comunista.
Aunque no es explícitamente político, Tetris puede interpretarse como una forma sutil de propaganda comunista, o mejor dicho nos da un vistazo a la mente del programador al idear el juego. Las mecánicas del juego, que implican organizar y encajar formas geométricas, pueden verse como una metáfora de la sociedad comunista ideal: un sistema armonioso, eficiente y organizado. Además, la amplia distribución y popularidad del juego en el extranjero sirvió como una representación positiva de la Unión Soviética, mostrando sus avances tecnológicos y creatividad al mundo. Interesante, no?
Si bien sería exagerado afirmar que la venta de Tetris llevó al fin del comunismo, no es menos cierto que el éxito comercial y la popularidad mundial del juego pueden verse como un símbolo de los cambios que se estaban produciendo dentro de la Unión Soviética y el eventual colapso del comunismo.
El auge de Tetris coincidió con los intentos de reforma de la Unión Soviética bajo las políticas de Perestroika (reestructuración económica) y Glasnost (mayor apertura y transparencia) de Mijaíl Gorbachov. Estas reformas tenían como objetivo modernizar la Unión Soviética y hacerla más competitiva en el mercado global, lo que finalmente debilitó los cimientos del sistema comunista.
La historia de Tetris y el comunismo ofrece una exploración fascinante de cómo la historia, la ideología y la cultura popular se entrecruzan. Aunque inicialmente era un simple juego de rompecabezas, Tetris se ha convertido en una representación emblemática de la Unión Soviética y su compleja relación con el mundo. A medida que continuamos disfrutando de Tetris en la actualidad, es fundamental reconocer las raíces históricas del juego y el papel que el comunismo desempeñó en la configuración de su desarrollo y legado.
Llevar Tetris al Gameboy, cambió de cierta forma el curso de la historia, y la caída de la unión soviética.
Por: Lawrence R. Taveras