El Peligro de la Impunidad: Diálogo Político como Evasión de la Justicia.


En tiempos de crisis política y social, es común que surjan propuestas de diálogo entre las distintas fuerzas políticas como mecanismo para encontrar soluciones consensuadas y pacíficas. Sin embargo, este tipo de intercambios no siempre persigue el bien común y, en ocasiones, puede ser utilizado como una estrategia para evadir la justicia y perpetuar la impunidad.


La figura de una ex vicepresidenta de la República apostando por mecanismos de diálogo, que remontan a los tiempos del nacimiento de la democracia moderna dominicana en vez de continuar los procesos legales, que mucha sangre y sudor costaron al país, duele. Para luego ver líderes de un partido político buscando deslegitimar las instituciones encargadas de garantizar la justicia y la imparcialidad en la aplicación de las leyes, cuando no les conviene. Es irrisorio.


La propuesta de diálogo por parte de esta exvicepresidenta y su partido político podría interpretarse como un intento de desviar la atención pública de los procesos legales en curso y, al mismo tiempo, ganar tiempo y negociar la impunidad. Este tipo de estrategia es peligrosa, pues genera una sensación de desconfianza en la ciudadanía y socava la confianza en las instituciones democráticas y en la capacidad del sistema judicial para sancionar a los responsables de actos ilícitos.


Es fundamental recordar que la justicia es un pilar fundamental en toda sociedad democrática y que, sin ella, se debilita el Estado de Derecho y se fomenta la impunidad. Por lo tanto, es necesario que las fuerzas políticas y la ciudadanía en general se mantengan alerta ante propuestas que, bajo la apariencia de diálogo y consenso, busquen socavar la independencia del sistema judicial y obstaculizar la lucha contra la corrupción.


La ciudadanía tiene que mantenerse vigilante ante este tipo de “opiniones o sugerencias”, que muchas veces provienen de sectores que quieren garantizar sus posiciones y poco les importa la estabilidad democrática del pueblo. En este contexto, es fundamental que la justicia se imponga sin dilaciones ni negociaciones que puedan ser percibidas como intentos de evadir la responsabilidad de los actos ilícitos cometidos.


La justicia debe prevalecer como un río que fluye con fuerza y determinación ante ciertos robles que amenazan con mantener sus raíces bien amarradas. Esto implica la aplicación rigurosa e imparcial de la ley, sin importar el poder o influencia de los implicados, y la participación activa de la ciudadanía en la defensa de la justicia y la democracia. Solo así se podrá combatir la impunidad y la corrupción, restaurar la confianza en las instituciones y fortalecer el sistema democrático.

El diálogo, aunque valioso en muchos contextos, no puede ser un sustituto de la justicia cuando esta se encuentra amenazada por la corrupción y la impunidad.

Por: Lawrence Taveras

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